Un primer aspecto a tener en cuenta, es que no todas las personas que utilizan sillas de ruedas están permanentemente en ellas. Por ejemplo, algunas pueden cambiar de sillas, otras tienen la capacidad de levantarse y caminar poca distancia; en otros casos pueden practicar deportes e incluso estar en un movimiento más dinámico como el baile.
También puede haber personas usuarias de sillas de ruedas en las que físicamente no tenga restringida su movilidad, esto es el caso de personas enfermas del corazón o con algún tipo de anomalía respiratoria.
Destacando todo ello, vemos que la necesidad de una silla de ruedas se puede dar por muchos motivos, por lo que la persona a su cargo debe de conocer sus necesidades y para ello la mejor forma es escucharlo.
Preguntarle qué desea y cómo podemos ayudarles en sus tareas cotidianas, es una de las primeras acciones que debemos realizar.
En el caso de que como familiares de la persona con movilidad reducida, no sean capaces de hacerlo, o no tengamos la profesionalidad o paciencia suficiente, lo ideal es delegar este tipo de actividad en un profesional de la salud y así conseguir satisfacer las necesidades lo mejor posible.
Ya sea un familiar o una persona que esté en silla de ruedas, puede necesitar nuestra ayuda en cualquier momento, aunque incluso se hayan tomado medidas para modificar el espacio de forma arquitectónica o adaptando incluso el mobiliario.
Ya sea de día o de noche, pero sobre todo cuando la persona está enferma requiere una disponibilidad constante por parte de la familia o el personal sanitario. Momentos en los que necesita ir al baño para hacer sus necesidades o incluso limpiarse, es imprescindible que haya alguien a su lado.
Aparte de aplicar una cierta inteligencia emocional de la empatía y escucha, vamos a dar una serie de ideas muy concretas para que cualquier persona o familiar haga su labor de forma más sencilla.
En primer lugar, hay que tener en cuenta las características físicas de la persona, ya sea la edad o la complexión física, hará más fácil o difícil empujar la silla de ruedas. Utilizar guantes es una excelente opción, sobre todo si no tenemos experiencia previa en este tipo de trabajo o si son los primeros días.
Si no se sabe cómo empujar correctamente, la persona auxiliar puede salir callos en las manos.
Puede darse el caso de que mientras estamos empujando las sillas de ruedas se echa a llover. Ante la aparición de charcos obviamente hay que esquivarlos, porque puede resultar muy incómodo para el usuario de silla de ruedas, ya que se puede mojar o ensuciar los pies.
También si el terreno está mojado y sigue lloviendo debemos de proteger al familiar del agua y el frío, para ello desde nuestra ortopedia también ofrecemos una serie de chubasqueros especiales para usuarios en sillas de ruedas.
En ortopedia Iregua estamos para ayudarte y mejorar la calidad de vida de cualquier usuario que lo necesite. Estén o no en sillas de ruedas, nosotros te ofrecemos un asesoramiento especializado en todo lo que tenga que ver con servicios y productos de ortopedia en Logroño.
Ya sea un familiar o una persona que esté en silla de ruedas, puede necesitar nuestra ayuda en cualquier momento, aunque incluso se hayan tomado medidas para modificar el espacio de forma arquitectónica o adaptando incluso el mobiliario.
Ya sea de día o de noche, pero sobre todo cuando la persona está enferma requiere una disponibilidad constante por parte de la familia o el personal sanitario. Momentos en los que necesita ir al baño para hacer sus necesidades o incluso limpiarse, es imprescindible que haya alguien a su lado.
Aparte de aplicar una cierta inteligencia emocional de la empatía y escucha, vamos a dar una serie de ideas muy concretas para que cualquier persona o familiar haga su labor de forma más sencilla.
En primer lugar, hay que tener en cuenta las características físicas de la persona, ya sea la edad o la complexión física, hará más fácil o difícil empujar la silla de ruedas. Utilizar guantes es una excelente opción, sobre todo si no tenemos experiencia previa en este tipo de trabajo o si son los primeros días.
Si no se sabe cómo empujar correctamente, la persona auxiliar puede salir callos en las manos.
Puede darse el caso de que mientras estamos empujando las sillas de ruedas se echa a llover. Ante la aparición de charcos obviamente hay que esquivarlos, porque puede resultar muy incómodo para el usuario de silla de ruedas, ya que se puede mojar o ensuciar los pies.
También si el terreno está mojado y sigue lloviendo debemos de proteger al familiar del agua y el frío, para ello desde nuestra ortopedia también ofrecemos una serie de chubasqueros especiales para usuarios en sillas de ruedas.
En ortopedia Iregua estamos para ayudarte y mejorar la calidad de vida de cualquier usuario que lo necesite. Estén o no en sillas de ruedas, nosotros te ofrecemos un asesoramiento especializado en todo lo que tenga que ver con servicios y productos de ortopedia en Logroño.